Siempre sobre educación
por Josefina Pineda de Márquez
Profesora de Castellano y literatura
Apenas se han hecho algunas cosas buenas en Educación, pero han sido más
abundantes los errores. Nuestra población necesita con urgencia ser de
verdad atendida en la formación de sus ciudadanos.
Los gobiernos no han tenido una visión verdaderamente formadora del SER
humano. Está bien que se haya tomado, en algunos momentos de nuestra
vida “independiente” algunos modelos europeos, pero se han tomado a
medias y no ha habido la voluntad o capacidad para mejorarlos y
buscarles una aplicación acorde a nuestra idiosincrasia.
La educación parvularia, por ejemplo, adoptó por un tiempo el método
montessoriano y otros y algo se ha hecho, pero falta bastante por hacer.
Sobre todo una maestra no puede atender para educar a más de 15 niños.
En nuestros jardines de infantes públicos es sabido que se le asignan
hasta cuarenta chiquillos. Así lo más que puede hacer una maestra es
evitar que se lastimen entre ellos o entretenerlos con muy poca atención
individual.
Los niños en edad parvularia necesitan de atención muy grande y
especializada. Sabemos que en este período de la vida se fijan patrones
para la vida de un individuo.
Podrían decirse las fallas o impedimentos en las siguientes etapas de la
formación de un muchacho y en todas hace falta mucho por hacer.
No podríamos en cinco años del confiable gobierno actual esperar que
todo en Educación se resuelva. No olvidemos que hay algo muy bien
sabido: Los pueblos mal educados e ignorantes son sometidos por los
egoístas poderosos del dinero.
No es tiempo para echar culpas, pero urge que se piense en lo dañino que
ha sido el no tener escuelas normales. Y no es porque “todo tiempo
pasado fue mejor”, fue un gran error suprimir las escuelas: Normal de
Señoritas “España”, Normal de varones Alberto Masferrer, Escuela Normal
Superior y más recientemente Ciudad Normal. Ese preceder de las
autoridades fue nefasto. Retrocedimos muchos pasos en Educación.
Es necesario formar jóvenes con vocación de servicio para ser Docentes y
en instituciones estatales con lineamientos que busquen la superación
del SER humano y con verdadero sentido de solidaridad. A los docentes en
servicio habría que darles capacitación más acorde a los nuevos
momentos que se viven aquí y en cualquier parte del mundo.
Es triste pero cierto, entre los llamados pueblos civilizados sólo aquí,
posiblemente, se da por aceptable una educación con tan poca atención a
la formación de sus educadores.
Lo de volver a nuestros estudiantes investigadores por supuesto que lo
aplaudimos, pero ¿a los docentes se les darán los instrumentos de
formación adecuada para despertar esa veta que por ignorancia o mala
intención no se despierta en nuestros niños y jóvenes?
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