La educación es un derecho que se debe conquistar

 No somos el país con la mejor educación del mundo, incluso tampoco estamos entre los primeros lugares de nuestro continente. Sin embargo, la culpa es compartida por el Estado y la Sociedad. Miles de personas ven frustradas sus aspiraciones de obtener un grado académico, y de igual forma miles ni siquiera les importa cursar una carrera o finalizar la educación media, porque resulta complicado hacerlo o no se sienten motivados en una sociedad que premia el desconocimiento. Los porcentajes de personas que logran obtener un grado académico no representa a la mitad de la población y las personas que cursan un postgrado es todavía más pequeño. En la matrícula de 2021 se redujo en 47 mil ochocientos estudiantes al matricularse 1,245,463 personas, cuando la cifra de 2020 fue de 1,293,314 según datos proporcionados por el Ministerio de Educación (Mined) en junio de 2021.

A esto debemos sumar que la educación nacional no logra solventar la demanda que existe, por lo que la alternativa resulta ser una institución privada o la fortuna de obtener una beca.

Estudiar en una Universidad Privada implica tener por lo menos $60 dólares mensuales disponibles para pagar una colegiatura, lo cual deja complicaciones para el transporte, pago de libros y otros enseres, ya no se diga para comer. A pesar de eso, existen personas que se esfuerzan y logran superar estos retos, padres que se sacrifican por sus hijos o el estudiante debe equilibrar sus estudios con sus empleos. También existen becas que se logran obtener y cambian la vida de personas y su entorno, pero no todos tienen acceso a ellas. No debemos olvidar que también hay becas que se pierden gracias a que se carece de promedios o conocimiento de un segundo idioma, la gente en El Salvador aprende a medias el Castellano.

Nuestra Constitución de la República en su artículo 53 afirma en su primer inciso: “El derecho a la educación y a la cultura es inherente a la persona humana; en consecuencia, es obligación y finalidad primordial del Estado su conservación, fomento y difusión”.

Dice la Constitución que es inherente, lo cual quiere decir que es esencial y permanente. Sin embargo aunque es esencial porque es indispensable para el desarrollo del individuo y la sociedad no se le da el valor que tiene. Los docentes, por lo general, tienen salarios no acordes a sus responsabilidades y capacidades; los centros educativos son esfuerzos comunales antes que del Estado y no gozan de las herramientas optimas en muchos casos; y además de eso no existen políticas gubernamentales enfocadas a motivar a las personas a estudiar, a capacitarse mucho menos a aprender.

La educación es algo que nos debe preocupar como sociedad y como individuos, el detalle es que muchos obviamos que debemos ser autodidactas y que si no existen alternativas se deben de buscar o crear. Si el Estado no toma medidas, la Sociedad Civil debe tomar las riendas; el Estado por lo general se preocupa más por la propaganda y buscar votos para las elecciones que siguen. Al final de cuentas es un esfuerzo de la gente lo que supera la adversidad. Cada persona debe ser consciente de que obtener el derecho a la educación es algo que debe conquistarse.